Marcó más de treinta años de la vida política del Ecuador. Tanto para sus numerosos seguidores como para sus detractores, León Febres Cordero simboliza una época política y social que marcó al menos a dos generaciones de ecuatorianos. Y que ahora llega a su fin. Su paso por el Congreso Nacional, la Presidencia de la República y la Alcaldía de Guayaquil fue intenso, en la misma proporción con la que el país reaccionó a su muerte, desde la tarde de ayer, cuando perdió la batalla contra el cáncer. El pueblo de Guayaquil copó ayer la Catedral.
Tomado de Diario Expreso
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